Altafulla es un pequeño municipio de la provincia de Tarragona cuyo principal atractivo es que se mantiene alejado del bullicio del turismo de la Costa Dorada. Sin playas masificadas y abarrotadas de hoteles y con unas calles llenas de historia, Altafulla se convierte en el destino ideal para el turismo familiar, para parejas o para aquellos que buscan un lugar tranquilo para descansar y desconectar de la rutina.

La oferta cultural, deportiva y de ocio se complementa con su patrimonio histórico, del que quedan bastantes ejemplos arquitectónicos. De hecho, en 1998, el pueblo fue declarado Bien Cultural de Interés Nacional por el conjunto medieval de la Vila Closa. Y dos años después, la UNESCO lo declaró Patrimonio de la Humanidad por la villa romana Els Munts.

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